Interfresa controla y denunciará cualquier intento de venta a pérdida de fresas
La Interprofesional no quiere que ocurra lo del año pasado con una cadena de supermercados.
La Asociación Interprofesional de la Fresa Andaluza (Interfresa), para evitar lo que ocurriera el año pasado con una destacada cadena de supermercados, está controlando desde el inicio de la campaña los precios de las ofertas comerciales en estos establecimientos a fin de denunciarlo ante las Administraciones competentes y adoptar medidas legales ante cualquier intento de venta a pérdida de fresas.
Fue en enero del 2017 cuando desde La Asociación Interprofesional de la Fresa Andaluza (Interfresa) se tuvo que remitir un escrito, vía buro-fax, a la directora del Departamento de Compras de una cadena de supermercados, en el que se le comunicaba el inicio de acciones judiciales tras ofertarse en folletos promocionales “prácticas de venta a pérdidas” de fresas de Huelva que “por desleales estaban desacreditando la imagen de nuestros productos y de todo el sector”.
Con anterioridad al envío de este burofax, desde Interfresa se estuvo gestionando con ese Departamento de Compras que se suspendiera dicha campaña “dado que el precio de producción es muy superior al ofertado como compra por los consumidores”. De inmediato, y mediante un correo electrónico recibido en Interfresa, el mencionado departamento comunicaba que “estaba trabajando” en lo solicitado y que se “estaba viendo qué medidas podemos adoptar para regularizar esta situación”. En cuestión de 24 horas, y a través de las redes sociales, la cadena informaba que suspendía la venta de fresas a los precios a perdida que habían ofertado.
Cualquier intento de venta a pérdidas, según la valoración de Interfresa, pone en jaque a la economía de la provincia de Huelva que, en su gran mayoría, se concentra en el sector fresero ya que “prácticas como ésta suponen una fuerte presión para los productores, ya que es el inicio de una cadena de rebajas de precios que repercute gravemente en esta industria tirando las cotizaciones del campo y ahogando aún más a los agricultores, primer eslabón de la cadena”. Además, este hecho “es un atentado directo contra la imagen del sector, al destruir el valor del alimento y banalizarlo ante los consumidores al comienzo de la campaña”.