Igualdad, bonita palabra
Apunten este nombre: María José Villegas Navas. Árbitra de fútbol que dirigió el pasado domingo el Coria-Cartaya de División de Honor y que dirige habitualmente en la Liga Iberdrola, la Primera División Femenina.
Fue el arbitraje más perfecto que he visto en mucho tiempo. Concentrada, segura y dialogante al mismo tiempo, firme y sin dejarse intimidar y mira que el partido tuvo mucho que pitar. Sobre todo porque la veteranía del Coria quiso ponerla en el alambre.
Presión máxima y salida con elegancia. Prometo que no escribo influido porque sea una mujer. Pregunten y les confirmarán. El caso es que esta cordobesa de 27 años tiene madera. Y volviendo a la manifestación permanente que hacen algunos colectivos con respecto a la igualdad de género, a uno se le viene a la cabeza un millón de cosas a las que no halla explicación.
Ya hay una mujer árbitra dirigiendo partidos de la Bundesliga. Aquí, ni por asomo. Sólo en categorías menores y hasta poco ni tan siquiera en Primera División Femenina. A años luz estamos. Y es que a veces hacemos la manifestación en el lugar equivocado o fuera de la órbita adecuada.
El fútbol femenino en España ha adquirido un volumen tal que eso tiene que verse reflejado en otros ámbitos. Se nos llena la boca pronunciando la frase reclamando igualdad de trato y permitimos que sigan al frente de los estamentos gente que no tienen en cuenta ni la frase ni la igualdad y que les resbala la alzada de voz.
El fútbol, a lo que nos referimos, también en otras muchas cosas, necesita un cambio radical que comporte que los hechos están en consonancia con lo que elevamos a lo público. Pónganle un micrófono delante a algún dirigente futbolístico y verán cómo responde que están a favor de la integridad y de la igualdad. Luego se ríen por lo bajini.
Ahí es donde hay que apretar desde la unión. Algo parecido a lo que decíamos de los clubes. Hay gente muy preparada a las que no se les da la oportunidad de mostrarse. Igualdad. Qué bonita palabra. María José Villegas Navas, se llama. Apunten ese nombre. Y pregunten por ella.