El Cartaya se ha quedado a un paso del milagro
Sólo falta confirmar si el Sanluqueño o el Cádiz B son capaces de ascender al grupo IV. Una vez el Ceuta se ha quedado en el camino, la primera premisa ya está cumplida.
Sólo falta la segunda y ambos equipos gaditanos ya están en la final. Con que suba uno de los dos será suficiente para que el Cartaya juegue la próxima temporada en División de Honor.
El Ceuta, uno de los grandes favoritos para ascender, se quedó a mitad de camino al caer en los penaltis ante el Orihuela, que le devolvió en el Alfonso Murube el resultado de la ida, empate a uno. Sin duda la eliminatoria ha supuesto un mazazo para el equipo caballa, que veía ya cerca el ascenso.
Ahora es el turno de Cádiz B y Atlético Sanluqueño. El Cádiz B se medirá al Ejea, primero a domicilio, un rival que ya se ha cargado a dos filiales, aunque en un principio el equipo amarillo parte como favorito. Por el otro lado el Sanluqueño, que se medirá al Yeclano, un equipo experimentado y que, al igual que los gaditanos ya ha jugado en Segunda B. El primer partido se disputará en el Palmar de Sanlúcar de Barrameda.
En menos de dos semanas se sabrá el desenlace. Mientras tanto, el Cartaya aguarda lo que ocurra en esos dos enfrentamientos, indudablemente rezando para que, o bien Sanluqueño, o bien Cádiz B o los dos asciendan al Grupo IV de Segunda B.
Todo ello tiene la planificación del equipo rojinegro parada, aunque desde el club ya se han realizado algunos movimientos para tener atadas algunas cosas pase lo que pase. Pero lo que sí parece claro es que Manuel Juan Limón será el entrenador del Cartaya la próxima temporada. Se espera que sea en División de Honor. Aunque el entrenador onubense ya dijo en su momento que si el Cartaya le necesita ahí estará él, pase lo que pase.
Limón hizo números de ascenso en el tiempo que estuvo en el banquillo del Cartaya, dejándolo nueve puntos por encima de los puestos de descenso. Pero ese quinto puesto por abajo es lo que tiene al club en el sin vivir. Al Cartaya le lastró muchísimo la deficiencia con la que compitió antes de llegar Limón al banquillo, al que acudieron de forma desesperada, cumpliendo con creces el entrenador onubense.